Páginas

viernes, 24 de agosto de 2012

Prefiero llorar con alma que vivir sin ella

Si yo pudiera mantener cada vez por más tiempo en mí esa sensación de indiferencia hacia los demás, ese desinterés por los sentimientos, pensamientos y opiniones de los otros, esa satisfacción que en ocasiones me produce el manipularlos a ellos... Si yo pudiera hacerlo hasta que se convirtiera en lago normal, común y cotidiano.

Si yo pudiera hacerles creer que los quiero, que estoy enamorada, que ellos me importan, sin que fuera cierto. Si yo pudiera suscitar amor sin poseerlo y darlo sin tenerlo, si yo lograra llevar una vida lejos del "amor verdaero", si lograra ser ajena a los sentimientos de cariño y afecto y, por lo tanto, al dolor de su consecuencia.

Si yo pudiera... ¡si pudiera, Dios, si pudiera!, si tan sólo pudiera... Entonces tal vez me ahorraría el sufrimiento de amar como nadie a alguien que no es capaz de ver, sentir y recibir mi amor. Tal vez cesaría este continuo derroche de sentimientos puros y sinceros.Quizá entonces dejaría de importarme la monogamia; probablemente los besos en todas sus formas, los abrazos, las caricias y el hacer el amor perderían su real sentido, su real función: la de dar a luz amor. Seguramente se convertirían los besos en un simple intercambio de movimientos placenteros, así como todo lo demás, que se convertiría en una secuencia de trucos seductores con final lujurioso.

Si yo pudiera reemplazar el amor por el mero placer sexual... Pero, ¿quién quisiera ser tan porquería?, ¿a quién le gustaría unirse con semejante asco de persona?

A mí no...

1 comentario:

Luis Arellano dijo...

los sentimientos son consecuencia humana de nuestras relaciones, hagamos el amor