Esta vez estaba yo más relajada, todo sucedía a mi alreredor tal como sucede una mañana de martes. Volvía yo de un paseo por la ciudad, y al pasar por el andén, recordé aquella carpintería en la que había dejado de pensar hacía tiempo.
Aceleré el paso, me puse nerviosa, llegué...
Al voltear la cabeza, todo se puso en cámara lenta, y, como en una película, sopló el viento y acarició mi cabello, parpadeé y sonreí: estabas ahí.
Estabas de nuevo ahí y yo no lo podía creer, ¡había ido tantas veces a buscarte y no te había encontrado! Tu apariencia esta vez era de niño bueno: usabas una gorra de colores, una camiseta blanca y unas bermudas -prendas que disimulaban tu cuerpo torneado por la dureza de la madera-. Tuve unas ganas inmensas de gritar tu nombre para que voltearas a verme, pero recordé con tristeza que no sabía cómo te llamabas.
Así que me limité a sonreír y a retener el grito en la garganta. Me limité a observar desde lejos cómo el serrín te envolvía de nuevo, haciéndote parecer una criatura mágica. El tiempo no fue más que algo desleído a mi antojo, y mi antojo era verte el mayor tiempo posible en el menor tiempo posible.
Te parecés a Taylor Hanson, de eso no hay duda; tal vez tu pelo sea ondulado en vez de liso, pero que te parecés, te parecés. Y sabía que, aunque jamás me habían atraído los hombres como vos, tenías algo, como un personaje mágico, silencioso, solitario, y eso fue lo que me gustó.
Me antojé de vos tan rápidamente como te había visto la primera vez, me antojé, simplemente, de vos, de todo lo que pudieras ser así yo no lo supiera.
Y en ese momento me fijé en tus manos fuertes, en tu conentración, y me di cuenta de que jamás me habías mirado. Pensé que la posibilidad de conocerte tal vez no existiera, y llena de melancolía retomé mi camino.
2 comentarios:
Posibilidad 1. Le hablas y se inicia una amistad que puede derivarse, transformarse y enriquecerse hasta límites insospechados.
Posibilidad 2. Le hablas y resulta ser alguien con quien no querrías hablar nunca y así muere la magia.
Posibilidad 3. Se queda en tu imaginario como lo sospechas, como lo intuyes y así seguirá hasta el fin de tus días (so pena de nunca constatar ninguna de las anteriores opciones)
:) que linda entrada (que difícil situación) Saludo.
que linda historia, pd lee la mia :D
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