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martes, 28 de septiembre de 2010

Confiar

Días con final de película, así, como terminan la mayoría de películas gringas. Días en los que nadie habla sino que todos susurran palabras inentendibles para mí. Yo, como quien no quiere la cosa, estoy mirando el fino polvo blancuzco que se levanta entre las piedritas grises que crujen y se quejan mientras las pisotean y las aplastan a la vez que el sol trata de derretirlas. Todos se van, enmascarados, cada uno en su burbujita, viviendo egoístamente su propio final. ¿Y a mí?, a mí me toca… esperar, ver el final de cada uno de ellos. Esperar. A mí me toca vivir mi soledad, vivir mi soledad esperando que las sombras revivan con las tenues luces de la noche. Esperar mi fin, que va más allá del fin de cada uno de ellos, esperar que a mi día lo alcance la muerte en un estudio de ballet. Que lo alcance la muerte, como todos los lunes, tan caracterizados por sus segundos caóticos.

2 comentarios:

Violeta Lunareja dijo...

Parce!!
Premio pa vos en: http://violetalunareja.blogspot.com/
Abrazos! :)

Bel dijo...

Waaaaaaaaaa!!!!
Qué felicidad!!!!!!!!!!

GRACIAS!!!!