Que si ella estaba ahí, como muerta, entre barcos de papel, es que ella no quería morir.
No es necesario nombrar la rosa podrida que llevaba en la cabeza, tampoco el blanco de su cara, estaba ahí y punto.
Estaba ahí, tratando de entender lo que yo decía, pero no podía.
Ella era la duendecita, aquella vestida de viento, que sentía la cara fría y se olvidaba de respirar. Se caía y vomitaba mariposas.
La que caminaba sobre las nubes y le robó los colores al aire.
Que la tonta ésa no tiene vida propia, ¡se alimentaba de las transmutaciones de las fantasías de la gente!
Y creo que ya debería dejar de hablar de ella. Espero no me mate por esto.
4 comentarios:
que tonta! y ademas... no tiene vida propia!!!!!!!!!!!
que porqueria de ser humano!
PD: me volvieron las ganas de todo
eso es bueno, no? o ya no importa?
Supongo que... no lo sé.
Sí, "que porquería de ser humano" XD
y por que matarte?, esta lindo
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